Tan importante como una buena actuación, es lucir una vestimenta adecuada que permita desplegar toda la magia flamenca sobre el escenario. Por eso, es importante conocer de donde proviene el tradicional traje flamenco.
¿Cuál es su origen?
El típico traje de baile que conocemos hoy en día, es el que lucían las gitanas tiempo atrás, y se caracteriza por sus colores vivos y alegres, los volantes y por supuesto, los lunares.
La tradición viene de antiguo, y nos emplaza en Sevilla, ciudad por excelencia cuna del flamenco y del vestido andaluz. Los hombres acudían a la feria para comerciar con ganado, y era allí donde las mujeres del campo acompañaban a sus maridos vestidas con batas de percal con volantes. Posteriomente, se aprobó esta vestimenta como indumentaria principal para acudir a la Feria de Abril. Hoy en día, es condición indispensable acudir al recinto con el traje de flamenca acompañado de mantillas, peinetas y la tradicional flor en el pelo.
Si hablamos de tocados éstos junto con los velos fueron los precursores de las mantillas. Tienen su origen en las mujeres ibéricas y árabes. En el siglo XVII, se comenzó a usar el encaje y más o menos hasta el S. XVIII era usado por las mujeres de los pueblos. Sin embargo, en el siglo XIX se convirtió en una prenda distinguida usada por nobles y reinas.
Con el paso del tiempo, las artistas que actuaban en tablaos flamencos bailando escogieron este vestido como seña de identidad, adornándolo a su gusto con ornamentos, mantones, tejidos y encajes. El traje de flamenca es de hecho, uno de los trajes más varguardistas y con mayor evolución a través de la historia de la moda, y de la que grandes diseñadores de alta costura se han nutrido como guía para obtener algunos de sus diseños.
En esencia, si quieres disfrutar del vestido flamenco en todo su esplendor, nada mejor que verlo en movimiento sobre un espectáculo de flamenco Madrid. ¡Te esperamos en nuestra taberna El Cortijo!
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